La educación temprana es un tema que despierta polémica. Dependiendo de la visión de los padres, tiene pros y contras en la formación del niño.
Por lo general, la mayoría de padres quiere que sus hijos aprendan a leer y a escribir rápido, antes de que empiecen la primaria. Del otro lado, están los que consideran que la alfabetización precoz en los niños es un error mientras no haya alcanzado una madurez adecuada.
Según la psicopedagoga española María José Roldán, de la web Guía infantil, estos son algunos pros y contras de la educación temprana:
Ventajas:
- Los niños pueden tener un nivel más avanzado de lectura y escritura para cuando entran a la primaria. Esto hace que sea más sencillo enseñarles nuevos contenidos.
- Los niños pueden empezar a leer y escribir desde edades más tempranas.
- Los niños se interesan por la lectura y entienden mejor el significado de los cuentos e historias.
- El proceso de adaptación del niño a nuevos ambientes, como la guardería, hace más fácil que asista al colegio. Dado que está acostumbrado a la rutina, no opone resistencia.
- Aprenden a socializar más rápido con otros niños de su edad. Esto es importante sobre todo en niños que no tienen hermanos y cuyos padres trabajan todo el día.
Desventajas
- Los niños que no consiguen los objetivos se sienten frustrados y pueden tener aversión a la lectura y escritura.
- Que los niños lean antes no significa que después lo hagan mejor. No hay relación de una lectura temprana con que luego los niños se conviertan en excelentes lectores.
- La educación temprana requiere aprendizajes previos como el desarrollo psicomotor, la comunicación lingüística, el desarrollo de los procesos cognitivos, etc.
- Puede haber un exceso de estimulación sensorial que lleve al niño a tener energía extra y no se concentre adecuadamente.
Recuerda que a temprana edad el crecimiento emocional e intelectual de los niños debe centrarse en forjar y reforzar los vínculos con sus padres. Esos lazos son más importantes para el funcionamiento y desarrollo adecuado del cerebro de un menor que un exceso de estimulación sensorial.